4 de agosto de 2010

FANTASEANDO

Era domingo...una tarde, casi primaveral.
El celular sonó y se escuchó una voz áfona, modulada, risueña,alegre...querida.
Preguntó: "¿Qué hacen los viejos"?...y los viejos contaron desde lejos...la tarde fría, la soledad de hijos-pero no de amor y el correr de las horas en la monotonía del pueblo.
Aquella voz sonó alegre, relajada. Y vino la contrapregunta:"¿Vos?"; y rápidamente y de manera que se podía percibir la alegría, dijo: "¡caminado por el río!"...
Del otro lado de la línea voló la imaginación y una risueña acotación: "No sabía que se podía caminar por el río!"..."si sabía que se podía caminar por la vera del río".
La carcajada feliz no tardó en expandirse por el hilo de la distancia.
Se dibujó el escenario.
Islas del Tigre, la casita soñada, flores y verdor por doquier, paz y silencio que solo rompe los motores de las lanchas.
Y...una mujer caminado por el río.
Morena, exótica, adornada, liberada del cemento, de la locura del diván, del ruido callejero.
Ondeando las telas sutiles de los pareos, brillaba la frente ancha de valores predeterminados, cubría la cabeza un improvisado turbante colorido.¡ Fenomenalmente atractiva!.
¿Qué era ese caminar por el río?...
Con el leve- o no tanto- reflujo del oleaje, la mujer ondeaba en sintonía...Y reía mostrando todos sus dientes, ¡cómo nunca!, o como siempre que se está pleno...¡de plenitud total!.
"La Nueva Ondina" de un domingo común; nada de aquello del Barón de la Fouquè, ni de los cuentos de los Hermanos Grimm. Acá no hay canto de sirena, ni caballo en el monte sonando cascos de su animal, llevando caballero....Tampoco niña atrevida.
Pero la "Nueva Ondina", hace travesuras: de pinceladas ocres, ondea por el río en gozo total, mientras mira, en sereno descanso, el correr tranquilo -o no- del río amarronado; El verdor de la vegetación, promueve una paleta de variabilidad total, mientras la Nueva Ondina, se olvida que mañana, entre las moles de cemento, vuelve la locura y el diván.
Ahora...sueña todavía, mientras el sol se desdibuja en el oeste...¡poco a poco!...escondiendo su luz tras el verdor (ya oscuro) de los altos cipreses, la Ondina vuelve lentamente a cerrar su libro: "La Casita de sus Sueños".

Tu madre.-
Septiembre 25 de 2009



1 comentario:

  1. Bellísimo poema Vi claramente a tu hija y su deseo.Un abrazo BettyCiuff

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